SOMNIS...
La luna me vino a ver,
ayer, ya tarde en la noche...
venía en lujoso coche
tirado por cien caballos
y un centenar de lacayos
desmochados o en desmoche...
La adornaba un gran broche
de esmeraldas y un diamante,
y dos blancos elefantes,
con sus trompas cual clarines,
anunciaron los maitines
de visita tan rampante.
La luna me vino a ver,
entrando por mi ventana...
y me dijo: Esta mañana,
me iré para siempre. ¡Adiós!
Le pregunté a media voz:
¿Qué haremos sin tí, gitana?
¿A quién ladrarán los perros
en las frías madrugadas?
¿A dónde irán las miradas
de tantos enamorados
quién maullará en los tejados
por las prendas más preciadas...?
¡Se enloquecerán los locos!
¡Y los poetas barrocos
morirán todos de infartos
en lo oscuro de sus cuartos!
¡Y si ya eran muy pocos,
de “poco” estaremos hartos!
¿Sucumbirán los lagartos?
¿A quién aullarán los lobos,
irguiendo sus morros bobos,
en tus claros plenilunios?
¿Volarán los tibios Junios
y todos los hombres probos
nos quedaremos sin luna
que riele en la laguna
y que no cuaje ni grane
la amoratada aceituna?
La luna se dió la vuelta
y vi su lado secreto
y en lugar tan indiscreto,
le di amorosa palmada
que se trocó en sonada
explosión del Universo.
Un bebé que hacía versos
y vivía en Corcubión,
se asomó al balcón
y no encontró a la luna...
Como era más de la una
retornó a su jergón...
Un monje en Benicarló
ya mayorcito de edad,
con solemne majestad,
miró, vió sólo tinieblas
y como los indios pueblas,
le pegó un tiro al abad...
Y uno de Benamejí
que no era monje ni ná,
cuando iba a meá
escuchó la explosión
y siendo un simple meón,
terminó por defecar.
...
Un cristiano de Bagdad,
al verse deslunizado,
blasfemó muy enfadado,
se persignó con la izquierda
y gritó: ¡Esto é una mierda!
y se durmió de costado...
.
¿Sin luna, qué hará Valencia
y que hará Valparaíso...?
¿ Qué será de aquel petiso
del
cuarto creciente J?
La luna pa siempre rota,
¡nos deja a todos pol piso!
O'Xan