¡Acabouse o que se daba!
Fueron seis días de recupareación de viejas vivencias, antiguas esencias y nuevas experiencias... para los más jóvenes..
Centro Base: CARBALLO.
Hostal Rama.
Buenas habitaciones, buenas cenas, trato amable... y como en casa...
Un saludo, desde aquí a Rama, su esposa, hija y demás familia, que nos hizo muy placentera la estancia en su establecinmiento..
Estamos muy satisfechos de como aprovechamos esos seis cortos dias en Bergantiños y Costa da Morte.
Tras doce horas de viaje, una buena ducha y una cena un tanto a deshora, gracias a la buena voluntad y prestancia de Doña Lucita, nos hicieron recuperar los ánimos, para iniciar, al día siguiente, nuestro periplo por aquella hermosa zona del Antiguo Reino de Galicia.
¿A dónde fuimos?
Primera visita: Santiago, su Catedral, el sepulcro del Apóstol y los consabidos vinachos de la tierra con su tapeteo correspondiente, por las Rúas do Franco y Villar. Fotografías a granel.
En los días subsiguientes, visitamos Razo, la laguna de Baldayo, el Coto de Verdes, lugar de extraordinaria belleza natural, con viejos molinos cabalgando sobre las aguas del Anllóns. Visitamos detenidamente, Buño, el pueblo alfarero de Galicia, donde disfrutamos con la contemplación de las magníficas piezas de cerámica que atesora su Museo Oleiro. El horno do Forte, os fumeiros y los precarios sistemas de vida de los avanzados en convertir el barro, emulando a Dios en verdaderas obras de Arte... si es que consideramos al hombre creado por Dios, una Obra de Arte...
Y seguimos por Malpica, marisco a rolete, Ponteceso, Cabana, Laxe, Camelle, Muxía e "nosa Señora da Barca que ten o tellado de pedra e ben o poidera ter d'ouro, a miña Virxen... si quixera... Avalamos a pedra, curamos os cadrises, nos regodeamos con una arroz con bogavante, de rechupete y carretera y manta hasta Cee, Corcubión y Fisterra. Visita al Cabo, día espléndido y nos quedamos sin ver el Santo Cristo de Fisterra, al troparnos con la Iglesia cerrada a cal y canto...
Los curas también se deben cansar de tanta adoración a sus Santos Crtsitos... y necesitan, sin duda, alguna buena siesta...
La ruta no tiene desperdicio. La gente de toda esa zona, se confabuló para hacer aún más bello el paisaje con la puulcritud con que mantienen las fachadas de sus casas, primorosamente pintadas y cuidadas... Llegamos a pensar, en verdad lo digo, si es que los Ayuntamientos de la Costa da Morte, regalan la pintura a los propioetareios, para que las mantengan tan hermosas.
Otro día, lo dedicamos a La Coruña. Torre de Hércules, sobre todo. Está en obras, a pesar de lo cual, pudimos subir hasta el piricoto desde donde se divisa una magnífica estampa de la ciudad y costa coruñesa.
En fin, amigos, un viaje con mucho para ver y disfrutar, comprimido en sólo
seis dias, pero que bien aprovechados, dejaron nuestro corazón contento y lleno de alegría... como decía el Palito Ortega y Gasset.
¡Galicia es Galicia!
Se siente su pérdida... cuando se sale de ella!
Sigo pensando, como gallego en ejercicio, que es el único lugar, donde vale la pena vivir y morir... cuanto mas tarde...mejor...!
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Xandaponte
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