Así era yo de chiquita,
simpática, juguetona,
pero a base de fregona
y de mucho sinsabor,
lo que antes era una flor,
es hoy cardo de Estepona.
Buscando una corona,
me topé con un quiaqueño
que, con infusión de beleño
y afrodisíacos varios,
me birló mis honorarios,
como malevo porteño.
Barba hirsuta y cenceño,
morochón de pocos tientos,
penetró por barlovento
en mi ansiosa morada
y yo, pobre enamorada,
quedé prendada al momento..
¡Y no cesan los lamentos
de esta flor de las praderas,
bella, singular, austera,
convertida en la mujer
de un destemplado ujier
perversor de primaaveras!
.
Martín Moralêjo
(con acento ^)
.
simpática, juguetona,
pero a base de fregona
y de mucho sinsabor,
lo que antes era una flor,
es hoy cardo de Estepona.
Buscando una corona,
me topé con un quiaqueño
que, con infusión de beleño
y afrodisíacos varios,
me birló mis honorarios,
como malevo porteño.
Barba hirsuta y cenceño,
morochón de pocos tientos,
penetró por barlovento
en mi ansiosa morada
y yo, pobre enamorada,
quedé prendada al momento..
¡Y no cesan los lamentos
de esta flor de las praderas,
bella, singular, austera,
convertida en la mujer
de un destemplado ujier
perversor de primaaveras!
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Martín Moralêjo
(con acento ^)
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