Bertolín y
Pirruco Planchón
Moléculas melancólicas,
átomos estremecidos,
electrones mal nacidos
y protones muy simpáticos
que los mongoles asiáticos
como herencia me han traído...
Yo... sin nunca haber leído
y aún siendo pajuerano,
manejando a contramano,
por las rectas autopistas,
logré todas mis conquistas
n’un solsticio de verano.
Soy rápido pa correr
y lento para dormir...
me acuesto en el nadir
y amanezco en el cenit...
un día en Valladolit
y otro en el Guadalquivir...
Mis neuronas se fusionan
en un núcleo sintomático,
berengénico, sinábico...
y cono ácrata acólito,
rebelde, audaz, insólito
me tomo un año sabático.
Y entro raudo a Redota
y engendro la polémica...
peleo con la “histérica”
y con el primito Berto...
me queda el orto abierto
y roja la periférica.
Soy campeón en América
en redondear la “O”,
en morder como bulldó
y en trigonometrear...
¡a mi nunca me va a dar
por el trasto... ese señó!.
Pirruco Planchón.
(Dende la Clínica López Ibor)
átomos estremecidos,
electrones mal nacidos
y protones muy simpáticos
que los mongoles asiáticos
como herencia me han traído...
Yo... sin nunca haber leído
y aún siendo pajuerano,
manejando a contramano,
por las rectas autopistas,
logré todas mis conquistas
n’un solsticio de verano.
Soy rápido pa correr
y lento para dormir...
me acuesto en el nadir
y amanezco en el cenit...
un día en Valladolit
y otro en el Guadalquivir...
Mis neuronas se fusionan
en un núcleo sintomático,
berengénico, sinábico...
y cono ácrata acólito,
rebelde, audaz, insólito
me tomo un año sabático.
Y entro raudo a Redota
y engendro la polémica...
peleo con la “histérica”
y con el primito Berto...
me queda el orto abierto
y roja la periférica.
Soy campeón en América
en redondear la “O”,
en morder como bulldó
y en trigonometrear...
¡a mi nunca me va a dar
por el trasto... ese señó!.
Pirruco Planchón.
(Dende la Clínica López Ibor)
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