Versos antañones
¡Esto es digno de loanza...!
Aquí ha subido el nivel,
como deseaba aquel
que nos hablaba de “alturas”
y andaba por las llanuras,
solito como un segrel...
¡Esto agora, sabe a miel!
La elevación es tan alta
que aca sólamente falta,
alguien que insulte y denigre,
muerda como feroz tigre
y destroce alguna gualta...
El “amargo” es dulce malta
y ya todo son piropos
que se lanzan como copos
de blanca nieve impoluta...
y si hubo algún hijoeputa,
lo ahuyentaron los hisopos...
Yo, falaz zaparrastroso
observo asaz confundido
como los tiempos que han sido
han dejado algo lela
a la que aura es “damisela”
y antes...”l’eslabón perdido”.
Y siento un escalofrío,
al ver la Zaparrastrosa,
ensalzada como diosa
por el conspícuo Procopio,
que estudia con microscopio
los pétalos de tal rosa...
Y yo que estoy en otra cosa,
porque así son los destinos,
no puedo opinar de vinos
ni de cosechas tardías,
ni darles los buenos días
a seres tan sibilinos.
Y es que de seres divinos
más que humanos y trotones,
no esperen que a borbotones
vomiten por sus gargantas
vocablos propios de “chantas”
y de miserables chones.
Puede que haya cerrazones
y faltas de entendimiento,
no abunde el comedimiento,
pero sí hay mucha ternura
y algún poso de amargura...
pero... es uno... entre ciento...
Al final, lo que yo siento,
es que ya no estoy pa trotes,
que tengo llenos los botes
de mermelada casera...
que ya no soy lo que era:
no estoy pa “vacas” ni
“escotes”.
Sigan con sus alegrías
y deliciosas parrandas...
que mientras tengan viandas
que llevarse a la boca...
lo dijo Juana la Loca:
¡Mejor eso... que unas “andas”!
Un saludo dende Cangas
pa toda la clientela
y para la “damisela”
sumida en estos fragores,
deseo que sus fulgores
no se extingan como vela...
¡Ah!
Y enseñar a escribir
a Procopio, el castellano,
pà mi es trabajo vano
que la gran dama se toma,
ya que no está pa la doma
quien siempre anda a contramano...
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Xan.
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