El gaucho medio mamau
se adentró ande él quiso
y cagau de la riso
afiló su herramienta
y no cayó en la cuenta
que sin la china no hay guiso...
Con hambre y sed de suspiros
pensó en su jodida china
que un dia por la matina
se eenancó nel Colorau
y rumbeó pal tablau
y se mamó... la cochina.
´Cuando el gaucho dispertó,
el culo picau de abrojos
con legañas en los ojos
se quedó de una pieza
asombrau con la tristeza
como picau por piojos....
Y ansí amorró una garrafa
buscó en el vino, la muerte,
se agarró un cuete fuerte
y se hincó de rodillas
y vió a su china en cuclillas
hasiendo la mesma suerte..
La china había volvío
y se dieron un abrazo
ella le acarició el bazo
y él manso como un mastín
a este cuento puso fin
besando a la china el naso.
De entonse jueron felise
y nunca má hubo cuernos,
apretaron bien los pernos
y enluego vino el raposo
y la esposa y el esposo
jueron los “ tres” pal infierno.
.
Sande
.
se adentró ande él quiso
y cagau de la riso
afiló su herramienta
y no cayó en la cuenta
que sin la china no hay guiso...
Con hambre y sed de suspiros
pensó en su jodida china
que un dia por la matina
se eenancó nel Colorau
y rumbeó pal tablau
y se mamó... la cochina.
´Cuando el gaucho dispertó,
el culo picau de abrojos
con legañas en los ojos
se quedó de una pieza
asombrau con la tristeza
como picau por piojos....
Y ansí amorró una garrafa
buscó en el vino, la muerte,
se agarró un cuete fuerte
y se hincó de rodillas
y vió a su china en cuclillas
hasiendo la mesma suerte..
La china había volvío
y se dieron un abrazo
ella le acarició el bazo
y él manso como un mastín
a este cuento puso fin
besando a la china el naso.
De entonse jueron felise
y nunca má hubo cuernos,
apretaron bien los pernos
y enluego vino el raposo
y la esposa y el esposo
jueron los “ tres” pal infierno.
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Sande
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