viernes, 9 de mayo de 2008

Relembros...

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Mi pariente... el Camilo
me llamaba tarambana,
pero el que siempre iba en cana,
era él, que no era yo...
Al funal... se hizo Censor
y yo lo comprendo, por
que hay que almorzar de mañana...
Sin eso un Cela... es pior...

Pos mire usté, este señor,
llegó hasta la Academia...
y é,l que era una epidemia,
se convirtió en una gloria,
ganó el Nobel, hizo historia
y dejó mujer... por femia.

Se encomendó a Santa Eufemia...
!y hay qué tener redaños,
se casó con la Castaños
que engatusó a mi pariente
y uno, en el fondo lo siente,
le llevaba cuarenta años.

!Iluste el primo... y Marqués!
Gran Marqués de Iria Flavia,
su adustez y su labia,
lo llevaron a la cima,
pero siempre llevo encima
su genio de cascarrabias.

Era un depredador...
Ande oía un suspiro,
ya le entraba el delirio
y el macho de los Moranes,
si no cumplía sus afanes,
se sumiía en un martirio...

Triste a veces, como un lirio,
se volvía pesimista...
y ahí... surgía el artista
representando desgracias
con sus raras acrobacias
de eximio malabarista...

Chupaba el güisqui por caño
y el vino por damajuana
y flor de canatamañanas
cantaba con voz de trueno
y corría como un reno
atrás de cualquier serrana...
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Celecelacelades.
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