Anécdota de Pirruco
Cuentan por Saretela, una anécdota de Pirruco que me hizo gracia. ¡Hombre no me reí a carcajadas como con los chistes de gallegos, pero... sí... me hizo gracia!.
Pirruco iba pa Montevideo en Aerolineas de Argentona y al llegá a Ezeiza y cuando la aeronave tomó tierra, se produjo, asigún hasen siempre los argentinos, un nutrido aplauso, como si se tratara de la bajada del telón de la “ Tía de Carlos” en el Teatro Colón.
Cuentan por Saretela, una anécdota de Pirruco que me hizo gracia. ¡Hombre no me reí a carcajadas como con los chistes de gallegos, pero... sí... me hizo gracia!.
Pirruco iba pa Montevideo en Aerolineas de Argentona y al llegá a Ezeiza y cuando la aeronave tomó tierra, se produjo, asigún hasen siempre los argentinos, un nutrido aplauso, como si se tratara de la bajada del telón de la “ Tía de Carlos” en el Teatro Colón.
A la ovación se sumó un español, gallego de Chacon de Saretela y Pirruco le recriminó:
Che vó... ¿por qué aplaudís vó... qué sos... argentino acaso... ?
¡Hombre no! Pero me sumo al concierto general.
¡Ah... claro!, dijo Pirruco. Asín que si agora nos ponemo a cagá acá todos, vo por seguí el concierto general, también te bajás los “talompa” y te poné a cagá... ¿no?
¡Pos claro! ¡Qué problema va habé! - le responde Sande - Siempre que estés vó cerca por ahí... ¡pa limpiarme er culo...!
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El Zapa
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