lunes, 4 de agosto de 2008

...¡Y bueno...!

Des Kisio
Hombre... Onofre...! Tampoco es necesario que te enojes por un simple comentario en contra de tus inconmovibles Principios de Patria, Rey Constitucional y Famila Sagrada.

Capaz, Onofre, que sería bueno que recapacitaras en el hecho de que tu concepto de Patria, puede diferir del de otras personas, sin que por ello puedan resultar carne de manicomio.

Te gustará o no te gustará Onofre, lo que te voy diciendo, pero chico, yo que vi la luz bajo las carballeiras bergantiñanas, debo decirte, que en cuanto adquirí mis plenas facultades de razonamiento, llegué de inmediato a la conclusión, de que esa tu Patria que tanto cacareas, no es mi Patria.
Ni tu Rey, mi Rey.

No me considero identificado con las grandezas imperialistas de España, ni con ninguno de sus Reyes, Reinas, consortes, concubinas ni conchabados...

Pertenezco, Onofre, a otra "gens", con otro idioma, otras costumbres, otro sentido religioso de la vida... otra manera de comportarse con los semeján y desemejantes.

¡Y a vos, Onofre, no te gusta eso...!

Y capaz que no te resultaria muy difícil comprender, que mi "gens", a "meva gent", "nos", únicamente pretendemos asomar la cabeza a la Historia, que nos birlaron vuestras ansiedades de avasallamiento a la periferia de Los Madriles... que en un tiempo era todo un Mundo, donde no se ponía el Sol y agora, son los Viejos Reinos peninsulares, a los que vencieron, pero jamás fueron capaces de convencer.

No queremos Onofre, seguir diciendo: "Mexan por nos e hai que dicir que chove"...

¿Vas entendiendo algo... Onofrillo... ¿o realmente estaré de atar...?

Mira Onofre... Austrias y Borbones con sus conmilitones, fueron los que arrastraron a España a todas aquellas gloriosas hazañas que nos dejaron en la más paupérrima indigencia...

De la longa lista de Reyes españoles, en el Paraíso, sólo debe haber uno: El Rey visigodo Wamba... que reinó una temporadita alla por los setecientos años antes de Cristo y se retiró para arar su campo que tenía en barbecho...

No te extrañes tanto pues de mi rechazo a toda esa progenie, ni te extrañes de que yo prefiera a un Rey extranjero, alguno de nuestra propia estirpe... aunque reyes y sotas, de cualquier origen que sean... con los de la baraja... hay de sobra...
¡De veras!.
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Para terminar, Onofre, solo desearte que tu espíritu, acepte la ecuanimidad, como un valor superior a la fanática subordinación. La época de los siervos y los fidalgos, gratias Deo, ha pasado a mejor vida.

Como dice otro “loco” que anda por ahí suelto: ¡Dele... hombre... dele...!

Des Kisio.

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