A Procopio, Anak, “lo pone”en amorosiento trance
y a poco que éso avance,
relucirán los facones,
por celos y desazones
del rutero de la France.
Don Procopio: ¡No se canse!
¡No lo deslumbren las cachas
de bucóllicas muchachas
que embajo de las polleras
esconden Juanes Moreras...
disfrazaus con bombachas...
Deje a un lau, facones, hachas
y otros objetos punzantes
vea que son emigrantes
y se sienten desplazados,
si además son horadados...
sus ayes serán constantes...
Démosle a los intrigantes,
nuestra estima fervorosa,
la matrona es una diosa
y necesita un altar,
ornau con flores de azahar
pa que perjumen su cosa.
¡Ay volátil mariposa
que vuelas de flor en flor,
libando con pundonor
néctares y dulces jugos
que al fin, serán los verdugos
de tu adulterino amor!
No azuces nuestras libidos,
ni alteres los latidos
de corazones humildes,
que anque de necios los tildes,
semos tuitos nacidos.
de Anas, Pepas y Matildes...
,
Des Kisio
Puetón.
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