lunes, 31 de agosto de 2009

Emigración


Respuesta a un pobre tipo
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Para abrir una cuenta en cualquier Entidad Bancaria, se necesita tener una identidad. Un emigrante clandestino, indocumentado, sin siquiera el boleto de la patera que lo trajo y lo dejó tirado en los pedregales de Motril, sin ninguna propiedad inmobiliaria, sin yate, sin metálico contante y para más Inri, sin oficio ni beneficio... es un pobre emigrante condenado a sobrevivir con las migajas de la caridad del Padre Cura Aurelio de la Parroquia de La Malagueta.


No hay que confundir nunca a un inmigrante con un pordiosero.
Son dos cosas muy distintas.
No tener nada no es no valer nada.
Un inmigrante sin un duro, pero con valores de afección al trabajo y ejemplar conducta, puede llegar incluso, a ser sacristán de una Parroquia y tener vianda caliente todos los días, sin necesidad de morabito alguno que le regale jamones curados en Teruel.


Preservar la integridad física y sobre todo la integridad moral de la familia, es lo prioritario para un inmigrante modelo.
Vender las enaguas de su dama por media docena de dirham para comprar dos butifarras, es una conducta alevosa que sólo indica la prostibularia educación de tan soez individuo.

Y estos indivíduos existen. Y la van de patriotas. Y no se sacan de la boca el nombre de su país de origen... No se conforman con enchastrarse a si mismos, sin mancillar además, a su Patria natural...

¡Y eso es lo más grave!
Estos individuos son los que hay que erradicar de las Riberas del Guadalhorce y encerrar en los calabozos de la Seccional 15, a pan y ajo.

Des Kisio.

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