Maridulce
A ver, cantá Maridulce,
cantá una hermosa canción
por favor
Dejame a mi que pulse
las cuerdas del violón
con ardor.
Cantale al viento del Norte
el tremendo Aquilón
amenazante,
con su séquito y cohorte
de nubarros de algodón
sin semblante.
Y cantá a la golondrina
que aterida por el frio
temblequea
cantale a la luz divina
que aparce por el rio
de la aldea.
O si no, canta al amor
entre el hombre y la mujer
y sus placeres
que producen resquemores
en quien no sabe oler
bien las flores...
Si quieres, canta en mi oído
apenas con un susurro
y bajo tono
la canción del preterido
y a tu gran amor recurro...
¡sos mi icono!
cantá una hermosa canción
por favor
Dejame a mi que pulse
las cuerdas del violón
con ardor.
Cantale al viento del Norte
el tremendo Aquilón
amenazante,
con su séquito y cohorte
de nubarros de algodón
sin semblante.
Y cantá a la golondrina
que aterida por el frio
temblequea
cantale a la luz divina
que aparce por el rio
de la aldea.
O si no, canta al amor
entre el hombre y la mujer
y sus placeres
que producen resquemores
en quien no sabe oler
bien las flores...
Si quieres, canta en mi oído
apenas con un susurro
y bajo tono
la canción del preterido
y a tu gran amor recurro...
¡sos mi icono!
O Xan
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