jueves, 19 de abril de 2012

EL MONARCA



"Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir"

Se me ocurre que esta frase que proviene de lo más profundo de los pozos del tiempo…. es la más hipócrita y perversa
de las que a ha inventando el hombre para sustraerse del bochorno de sus liviandades.
Es el típico tópico usado en ambos trópicos, sobre todo en el de Capricornio,
tras una desventurada aventura en desvencijados lechos, al amparo de las lejanías…y las aviesas miradas de súbditos insatisfechos.

Dicen los lenguaraces que esas mismas palabras eran las que pensaba dirigirle Caín al Señor de las Alturas, cuando fue apremiado a dar explicaciones sobre el paradero de su hermano Abel.
¡No las pronunció…!
¡Y así le fue! ¡La soberbia lo perdió…  Sufrió el destierro!.

"Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir"

Según INDEA (Instituto Nacional de Estadisticas Aviesas), eso mismo le dijo Napoleón Bonaparte a su esposa Josefina Martinica, ciento veintitrés veces en el transcurso de un sólo año.

Giacomo Girolamo Casanova, se lo dijo, al menos, una vez, a cada uno los tres mil cutrocientos sesenta y dos maridos a los que puso los cuernos en el verano de 1850, a bordo de tres mil cuatrocientas sesenta y dos góndolas venecianas, cuando una por vez... hubiera sido más que suficiente.

Salvo el nuestro, no se tiene noticia de ningún otro Monarca que haya pedido disculpas por haberse descaderado en Bostwana.  Si alguno hubo… se calló
la boca, sin reconocer jamás que los reyes tienen a veces, veleidades de plebeyos, evitando así que alguien les espete un horripilante: ¿Por qué no te callas?

A Doña Sofi, esas disculpas de su regio consorte, según los lenguaraces, no le vinieron de nuevo. Dicen que eran el pan nuestro de cada día… todos los días, y por eso, sólo por eso y por nada más que eso... se fue al Peleponeso… porque supuso que es preferible pan con queso
que palabras vanas nacidas de un tropezon en los matorrales de las  Bostwanas.

"Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir"

Yo también, una vez, le recité esas palabras a mi mujer…. ¡No volverá a ocurrir!
¡Y no ocurrió!
¡Nunca más se lo dije!

Des Kisio                        


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