martes, 6 de octubre de 2009


Temas nimios



Tratar de aleccionar a la gente cuando es adulta y estulta, sólo te puede acarrear contratiempos.Tengo un enemigo del alma, que hace ya años que lo veo dirigirse, con paso tambaleante, hacia el precipicio.

Si se tratara de un enemigo cualquiera... poco importaría su caso. Pero éste, es un enemigo, como dije, del alma, por lo que traté con toda la ecuanimidad que me caracteriza, de señalarle los peligros que lo acechaban y que él parecía dispuesto a afrontar descuidadamente.


¡Mira fulano, le decía, que el pez grande siempre se come al chico...

¡Inútil! Él se creía un tiburón.

M ira fulano, no hagas caso al fulgurante Sol de las mañanas, porque aquí... ahora sol y al rato te ensopa tremendo chaparrón...

Pues nada... Mil veces llegó a su casa, con el culo mojado.


Mira fulano... que creer que los Bancos trabajan para vos... es pensar peor que mulo extremeño... No te enredes con esas Mafia de bandoleros encorbatados...

Pues no señor... Presumía de amistad con todos los Directores Generales de todos los más grandes Bancos y Caixas de este país...


Le dije que se cuidara del vasco Orozco...

Pues tampoco...

Su amplitud de miras... es proverbial. El ve todo, sabe todo... y lo peor es que los demás... no sabemos nada... somos ciegos...

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Usterdes dirán: ¡Pero ése es un idiota!

¡No señor! No es tan simple el asunto...


¡Bueno!

El caso es que a esta altura, Orozco le hizo crecer un cuerno de tan aparatosas dimensiones que ni con sombrero mejicano puede disimularlo.

El hombre, al fin, parece haber conseguido lo que consigue todo aquel que maneja a contramano: quedar tirado en la cuneta... cantándole baladas a la Luna lunera.

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Tango que me hiciste mal

y sin embargo te quiero...


¡Nada impota!

Lo fundamental es preservar el ego y contra viento y marea, si es preciso, gobernar el barquichuelo hasta estrellarlo contra el Roque de los Muchachos, y romperse contra el basalto de la roca el fornido unicornio.

El Sol de la mañana deslumbró a mi enemigo del alma y las ventiscas de la tarde lo dejaron empotrado en un agujero de los Acantilados.

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Los mulos extremeños tienen mala fama.


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