¿Quién ha dicho que Valentín de la Malagueta, el monaguillo del Padre Aurelio, era un "envidiosillo" de las glorias deportivas de España?
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Ahí lo tienen al cabezón, colado, al lado de Casillas, celebrando con rugiente vozarrón, la victoria española en la final contra Holanda.
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¿Cómo hizo para llegar desde la Malagueta a Sudáfrica, estando, como es su caso, en la más parva indigencia...?
Eso... es algo que sólo él nos podría aclarar.
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Pero ahí está... gritando ¡España! ¡España! con voz de trueno, como el más apasionado forofo hispánico.
¡Una son las cosas y otra lo que parecen...!
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¡Cosas veredes... Nicomedes!
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O Xan.
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