La quincha, no estaba firme,
el viento me la ha volao,
la china se me ha fugao,
me amenaza el enemigo
y no tengo ni un testigo
pa denunciarlo al Juzgao.
Las espigas están secas,
lo mesmo que el tajamar,
los santos de mi altar
me han dejao abandonao,
me han robao hasta el cayao
ande poderme apoyar.
Y anquí estoy… sin rechistar…
¿ A quién lloro ? ¿ A Menecucho?
Amigo, me siento un pucho,
pisoteao por la gente,
naides me tiene presente…
ni el fraile del capucho.
Por aquí no viene naides,
parece que hubiera peste,
ni el cura, ni el arcipreste
ni el cabo, ni el intendente,
mientras pagué… güena gente,
aura, naides que me preste.
Con los santos escondidos,
San José haciendo piruetas,
María dando la teta
y mi dios, que no se entera…
este gaucho, duerme ajuera
antre chircas y palmeras.
Dia de estos, que reviento
y hago la de Dios es Cristo
agarro mi “siempre listo”
y empiezo a tiro pelao
seré un gaucho renegao…
pero esto, no lo resisto.
La quincha se me ha volao
y no hay un podrido enano
que venga a darme una mano
pa asegurar costaneras,
¡hijos de cien mil parteras!
si no hay china… no hay hermano.
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miércoles, 6 de octubre de 2010
¡La quincha "me se voló"!
La quincha
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