SANDE SANDE
¿Te acordás, macarra
mía,
de aquel memorable día...
en que yo, en mi tierna edad,
me introduje en tu
alcancía?
Vos me gritaste:
¡canalla!
¿por qué atravesás la
valla
de mi propiedad
privada
con tamaña
alevosía...?
¡Y yo... aún que
intimidado,
solté una carcajada...
pos tu feroz bofetada
penitenció mi pecado,
quedando libre de
penas...
con mi deseo saciado!
O'Xan
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