SIETEMESINO SIETEMACHOS.
¡Atúsese los bigotes
y recomponga su gesto,
mantenga el barbijo enhiesto
y camine con soltura,
mostrándo en su andadura
que tiene el calzón bien puesto!
¡Enséñenos cómo se hace
para caminar erguido
después de haber consumido
tres cosechas de Rioja
y de anotar en su foja
treinta coitos... sin ruido!
¡Maravíllenos, señor
con sus prolijos relatos
de todos los desacatos
que usted ha llevado a cabo...
diga ya... que no es un nabo
que grazna como los patos...!
Eche el cogote hacia atrás,
levante la vista al cielo...
que de mirar tanto al suelo
se le daña el espinazo
y va a llegar a su ocaso
más retorcido que anzuelo...
No caben en la memoria
las botellas con que brindas
ni las chicas carilindas
que se han rendido a tus pies...
que no son ni dos ni tres...
¡cuentas por miles las guindas...!
Entre angulas y cocochas,
sutienes que desabrochas,
naipes, humos y más vicios,
se ven ya los intersticios
de tu alma, podre o pocha
con futuros impropicios...
...Y saldrá un sol y mil soles
y usted seguirá en lo mismo:
cultivando si egoismo
y ciego ante el amor
por no saber que a una flor,
¡amarla, no es eufemismo!
O’Xan
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