lunes, 5 de enero de 2009

La zíngara



Me ofreció una gitana
de busto asaz abundante,
que si pagaba bastante,

me auguraría riquezas
y otras muchas lindezas
con porvenir fulgurante...

Le contesté, al instante:
¡No me ofrezcas lo del moro
y regálame el tesoro
que tiembla bajo tu blusa...

Y ella ¡ la muy obtusa,
me alcanzó un pichón de loro !

Yo, con todo mi decoro,
le dí diez monedas de oro.

Ella, expandió su sonrisa
y sin darse mucha prisa,
me guiñó su ojo esmeralda,
se arremangó su falda
e insinuó una mazurca
que alguna odalisca turca
se cargaría a su espalda...

...

Camino de la Fontcalda,
encaramada a sus piernas
que parecían eternas,
se alejó la gitana....

Desde una vieja tartana,
un payo, cara de rana,
le dijo palabras tiernas...

Yo... enderecé pa Tabernas,
cuando ella gritó: ¡ Adiós payo !
y quedé como un zapallo
viendo huir la Primavera..
.
¡Eso le pasa a cualquiera
en plenos idus de Mayo!
.

¡Más, no dolería un rayo
que aquel gitano abandono!.
No soy hombre que perdono,
más lo que pensé... me callo,
¡por caballero uruguayo
y devoto de San Cono!
...
..
Xan
.



No hay comentarios: