Sonetón de penetración al Grupo.
.
Lo primero que hace un caballero
al presentarse en lugar tan elegante,
es sacarse el sombrero al instante
y dejar en pelotas su balero...
Ansina lo hago... y con sutil esmero,
y aún sin esmero, si fuese necesario,
digo que aumentar las cuentas del rosario,
es todo un privilegio pa un versero.
Saludo a los selectos circunstantes
toditos, payadores de alta gama,
de gran galera, de bastón y guantes...
Sin olvidar a la proterva dama
manceba de ruines mendicantes,
que ha logrado, por nosotros, tanta fama
*
Sonetón de Recepción
(Uruyorker)
Introduzcase nomas y bienvenido
Caballero de la barba levitante
le deseamos ahora mismo en este instante
los cofrades de los versos que han salido
Le deseamos y auguramos buenas musas
versos llenos de verdades y sonrisas
y que acuda a caminar por las cornisas
en mirando desde arriba a las chirusas.
Como siempre los amigos nos juntamos
a decir nuestras verdades elocuentes
para ver si a los chones mejoramos
aunque ellos no aceptan nuestros puentes
y se esconden con la cara tras sus manos
como haciendose los santos inocentes.
*
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Lo primero que hace un caballero
al presentarse en lugar tan elegante,
es sacarse el sombrero al instante
y dejar en pelotas su balero...
Ansina lo hago... y con sutil esmero,
y aún sin esmero, si fuese necesario,
digo que aumentar las cuentas del rosario,
es todo un privilegio pa un versero.
Saludo a los selectos circunstantes
toditos, payadores de alta gama,
de gran galera, de bastón y guantes...
Sin olvidar a la proterva dama
manceba de ruines mendicantes,
que ha logrado, por nosotros, tanta fama
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Sonetón de Recepción
(Uruyorker)
Introduzcase nomas y bienvenido
Caballero de la barba levitante
le deseamos ahora mismo en este instante
los cofrades de los versos que han salido
Le deseamos y auguramos buenas musas
versos llenos de verdades y sonrisas
y que acuda a caminar por las cornisas
en mirando desde arriba a las chirusas.
Como siempre los amigos nos juntamos
a decir nuestras verdades elocuentes
para ver si a los chones mejoramos
aunque ellos no aceptan nuestros puentes
y se esconden con la cara tras sus manos
como haciendose los santos inocentes.
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