viernes, 1 de marzo de 2013


GALICIA

!!!¡¡¡Están locos estos castrexos



La entrada de hoy la dedicaremos a los escritos antiguos que hablan sobre los pobladores de Galicia y alrededores.

Recientemente, encontré en otro blog (http://castrosgalaicos.blogspot.com) un artículo publicado en el Faro de Vigo el día 17 de Febrero de 1984. Sin embargo, cuando se leen textos de este tipo hay que tener mucho cuidado, ya que el objetivo de su escritor no era mostrar pueblos y culturas distantes, sino ridiculizarlos poniéndolos como salvajes y dando razones de porqué se deben romanizar. El caso más típico es el de que los castreños comían bellotas porque apenas tenían desarrollada la agricultura, pero en realidad es falso, ya que existen pruebas de un buen desarrollo en este campo, ya que tenían cosechas de cereales de invierno y de verano.

"El conocimiento que posemos sobre los primitivos pueblos que ocupaban la actual Galicia, lo tenemos gracias a las investigaciones arqueológicas y también a los textos literarios de escritores clásicos en latín. Hoy nos detenemos a revisar algunos párrafos de dos de dichos autores clásicos ( Avieno y Estrabón), que nos informan sobre diferentes aspectos y características de estos pueblos prreromanos galaicos.
Los textos seleccionados que a continuación se presentan, pertenecen a la "Ora Marítima" de Rufo Festo Avieno y a la " Geografía" de Estrabón.


AVIENO ( Ora Marítima, 153-157)
"Ofiusa fue llamada en principio Oestrymnis porque habitaron sus lugares y campos los oestrymnios (primer nombre conocido que tenemos de los antiguos pobladores de Galicia). Luego, multitud de serpientes ahuyentó a los habitantes y dió nombre a las abandonadas tierras"


AVIENO ( Ora Marítima, 95-120)
"Aquí hay un pueblo ( los oestrymnios de Galicia ) de gran fuerza, de ánimo levantado, de eficaz habilidad, a todos les domina la pasión por el comercio. Con embarcaciones de piles cosidas surcan valerosamente el turbio mar y el abismo del Océano lleno de monstruos, pues, ellos no supieron construír sus naves com madera de pino... como es costumbre, sino, cosa de admiración, simepre construían las naves con pieles unidas, recorriedno con frecuencia el vasto mar sobre el cuero".



ESTRABON ( Geografía 3, 3, 7 )
"Todos los montañeses hacen una vida sencilla, bebiendo agua, durmiendo en el suelo y llevando el pelo largo como las mujeres...Toman sus comidas sentados, haciendo alrededor de la pared bancos de piedra. La comida se sirve en giro. Durante la bebida bailan en rueda acompañados por flauta y corneta o también haciendo saltos y genuflexiones...Todos llevan generalmente capas negras y duermen sobre pajas envueltos en ellas. Las mujeres llevan sayos y vestidos con adrono floral. Usan recipientes de madera, como los celtas..., despeñan a los condenados a muerte y a los parricidas los apedrean fuera de la ciudad o del confín...Ponen a los enfermos junto a los caminos, como hicieron los egipcios en el pasado, a fin de consultar a los viajeros que hubieran padecido un mal parecido. Su sal es rojiza, pero machacada se vuelve blanca"


ESTRABON ( Geografía 3, 3, 6 y 7 )
" Son hábiles en emboscadas y exploraciones siendo ágiles y capaces de salir de peligros. Dicen que usan una pequeña rodela que tiene un diámetro de dos piés ( aproximadamente unos 60 centímetros) y es cóncava por delante y se maneja por correas, no teniendo abrazadera ni asa. Además llevan puñal y espada corta. La mayor parte llevan coraza de lino, sólo unos pocos llevan corazas de malla y casco de tres penachos, los más usan cascos de nervios. Los infantes usan también grebas y cada uno lleva varias jabalinas. Algunos tienen lanzas para estoque con puntas de bronce..Los montañeses...en el combate se ciñen la fente con una cinta... y practican ejercicios gmnásticos con armas, a caballo,pugilato, carreras, tiro de dardos y comnate en batallones"


ESTRABON ( Geografía 3, 3 7 y 3, 4, 11)
"Los montañeses..., por lo general comen carne de macho cabvrío...Viven durante dos tercios del año de bellotas? (restos arqueológicos también nos documentan cereales como trigo, mijo,..), que secan y machacan y después muelen para hacer tortas y conservarlas durante largo tiempo. Beben también vcerveza. Carecen de vino y, si lo consiguen, pronto lo gastan haciendo banquetes con su familias. En lugar de aceite emplean manteca... Hacen jamones excelentes, equivalente a los de los cántabros"


ESTRABON ( Geografía 3, 3 y 3, 4 16)
"Los montañeses... sacrifican aql dios ares un macho cabrío y prisioneros de guerra y caballos, hacen además hecatombes de cada clase como los griegos, como dice Píndaro "Sacrificar todo por centenares"..Algunos dicen que los galaicos no tienen dioses y que los celtibéricos y su vecinos septentrionales dan culto a un dios sin nombre en las noches de plenilunio fuera de sus poblados, haciendo bailes y fiestas durante toda la noche con sus familias"


ESTRABON ( Geografía 3, 3, 7 y 3, 4, 18 )
"Otorgan la jefatura de acuerdo con la edad y la dignidad. Por ejemplo entre los cántabros los hombres dan la dote y las mujeres, las hijas son las que heredan y dan mujer a sus hermanos; esto parece ser una especie de ginecocracia"


Creencias castreñas II: El tránsito al más allá

Para continuar con el ciclo de entradas de la mitología castreña, dedicaremos ésta a cómo concebían el camino al más allá y, de paso, contaremos una historia relacionada de procedencia irlandesa.


En plena edad del bronce, las comunidades agrarias del noroeste peninsular aunaban fuerzas para construir tumbas de gran tamaño y monumentalidad, lo que ahora conocemos como túmulos y mámoas. Sin embargo, estas gentes fueron cambiando sus antiguas costumbres, y en lugar de monumentalizar sus lugares de enterramiento lo hacían con sus defensas y poblados, construyendo auténticas fortalezas de piedra, barro y madera. Este hito es uno de los que marca el inicio de la época castreña.


Algo realmente extraño en esta evolución es que, hasta la aparición de Roma en las tierras del noroeste y el consiguiente cambio en los ritos, no se encontró ninguna necrópolis castreña. Es como si literalmente hubieran desaparecido, dejando únicamente los castros como prueba de su existencia.


Esto, unido a los hallazgos de depósitos en cuencas fluviales a modo de ofrendas, da pie a pensar a gran parte de los investigadores que los funerales castreños se hacían en  los ríos, al igual que en diversas culturas indoeuropeas. Todas estas teorías se hacen más sólidas con la aparición de la Diadema de Moñes.



La Diadema de Moñes (de procedencia indeterminada) está compuesta de siete fragmentos de chapa de oro de dos diademas diferentes. En ella se puede ver una procesión de figuras humanas, algunas representando hombres armados y otros que portan calderos, dentro de un contexto acuático, ya que existen multitud de peces y de aves. Según los investigadores, esto sería la concepción castreña del tránsito al más allá, ya que los hombres armados representarían guerreros caídos en la batalla y los hombres con calderos serían hombres o dioses que los guían hasta su nuevo hogar.



 Como ya se comentó en entradas anteriores, la información de los pobladores del noroeste de la península Ibérica es muy escasa, dado que no poseían una lengua escrita propia. Las tradiciones se trasmitían oralmente, y con la llegada de Roma, fueron sustituidas y olvidadas.

Sin embargo, se encontraron altares y santuarios con inscripciones de nombres de dioses con diferentes epítetos indígenas, que nos pueden ayudar a la hora de conocer un poco más sobre sus creencias. El estudio de estos epítetos es vital, ya que gracias a ellos conocemos la función de algunos dioses. 

En la mitología castreña, Reve era el dios supremo, equiparable al Júpiter romano. Era el dios celeste y como tal, donde más se le rendía culto y donde más poder tenía era en las elevaciones montañosas. Sin embargo, existe aún un debate abierto referente a este dios, ya que algunos historiadores afirman que en realidad era una diosa o que sus funciones eran curativas o guerreras.

Nabia era la diosa más importante en la mitología castreña, y así lo corroboran la gran cantidad de inscripciones que contienen su nombre y los innumerables topónimos que se originaron a partir de ella. En un principio se asoció su nombre al de “río”, pero más adelante se desechó esta idea, ya que en un altar se le ofrecen sacrificios. Era una diosa relacionada con los ríos, y que además se le atribuyen las funciones del tránsito de los muertos al mas allá (similar al Caronte griego)

Los dioses Bandua y Cosus eran divinidades guerreras, con funciones protectoras y tutelares de comunidades humanas. Las inscripciones referentes al dios Cosus se encuentran en el litoral atlántico y en la zona de Astorga, mientras que las de Bandua se encuentran en el territorio intermedio. Este hecho hace pensar a los historiadores que en realidad era un solo dios con dos nombres distintos, o que al tener una función tan similar solo se rindiera culto a uno de los dos en cada localidad.

Por último, al igual que muchas culturas atlánticas, los castreños le rendían culto a Lugus bajo el nombre de Lucubo, Lucubus, Lucoubu etc. En la única región donde se encontraron inscripciones es en la de Lugo, pero es muy posible que se le rindiera culto en otros lugares bajo otro nombre.

Estos eran los dioses más comunes en el noroeste peninsular. Existen otros, pero estos son los más representativos. En próximas actualizaciones seguiremos en sus creencias.

La caetra ibérica

Las caetras son un tipo de escudo redondo usado por los habitantes de la península Ibérica. Estos escudos eran muy polivalentes, ya que eran adecuados tanto para jinetes, como para bloques de infantería o para guerrillas.

El cuerpo estaba realizado normalmente en madera, que sería de 40 a 70 centímetros de diámetro, la cual estaría recubierta de cuero, fieltro o piel con pelo para evitar el rápido deterioro debido a golpes. En el centro tenían dos agujeros con forma de semicírculo para formar el asa.

El umbo era una parte semiesférica que se colocaba en la parte exterior proteger los nudillos, además de darle más consistencia. En la zona celtibérica se encontraron restos de umbos de hierro de muchos tipos, mientras que en la zona íbera apenas se encontraron, lo que da pie a pensar que también existían umbos de madera.

Habitualmente, el asa de la castra era reforzada con una manilla interior hecha en hierro. Ésta abrazaba el asa y se prolongaba por los laterales de la caetra. Además llevaban una correa de cuero que servía tanto para colgar el escudo en el hombro durante las caminatas como para enrollarlo alrededor de la muñeca a la hora de combatir.

 En el territorio castreño aún no se encontraron evidencias arqueológicas de su uso. Sin embargo, existen un tipo de esculturas llamadas “Guerreiros”en las cuales se ve como cada uno portan una. Además, en la diadema áurea  de Mones aparecen figuras portando caetras.


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