enriba de su rocín,
Sancho, con su maletín
lo sigue a bordo del burro,
con su pinta de cazurro,
cominedo umn
chocolatín...
Don Quixote atacó fiero
a un jodido molino
que le
salió al camino
para impedirle el paso,
le pegó cuatro lanzazos
y el
molino abajo vino.
Sancho, gritó alborozado:
!Hurra! ! Ya
conseguimos harina!
Teresa Panza en la cocina
nos cocinará tortitas,
y con alas de pollo fritas,
mi Panza no se amohina.
Aura Sr. Don
Quixote
si Vuesa Merced lo estima
y su gloria no lastima,
volvamo a
nuestro palacio
que quiero dormir despacio
en la cama de mi prima...
!Sancho, saco de impudicia!
¿Cómo te atrevés, lacayo
a hablarle
como un cipayo
a aroojado caballero,
que recorre los senderos
a uña
de su caballo?
!Señor! !Qué hay que alimentar
a Rocinante y mi
rucio,
que tienen flojo el prepucio...
y eso es mala señal,
llevémoslos pal corral
pa limpiar lo que está sucio!
Sancho,
olvida las minucias
y exalta mis proezas,
contáselas a Teresa
y que
trasciendan al Mundo
que mi valor sea fecundo...
!Eso, gordo, es lo que
pesa!
Si eso pesa, mi Señor,
para mi es más pesado
imaginar los
asados
que se comen en mi casa
y ver como el tiempo pasa
!y yo no
tasto bocado!.
Y siguieron su viaje
por los llanos castellanos,
erguido como un banano
Don Quixote, y Sancho mustio
como diría
Salustio:
No tiene Panza un Quijano.
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