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De la Prensa capitalina:
Un individuo con rasgos y acento sudamericanos,
pretendio esta madrugada, venderle el Estadio Centenario de Montevideo a Florentino el Pérez.
El hecho se produjo con nocturnidad y alevosía a la salida del Bernabeu tras la recepción a un jugador fichado por el Real Madrid, que se llama Caca.
El timador se presentó como enviado del Clús Atlético Peñarol, con una oferta, según el mismo vendedor, irrechazable. Una ganga. Dieciseis mil pesetas a pagar mitad ahora mismo y resto en la Primavera del 2025.
La operación no se llevó a cabo, porque al Florentino le pareció algo caro el precio, teniendo en cuenta que está muy a las afueras de Madrid y no hay linea de Metro.
Igualmente la operación... no se podría haber llevado a cabo, porque La Intendencia de Montevideo, propietaria de ese Estadio, lleno de glorias prehistóricas, no le había proporcionado al vendedor el salvaconducto pertinente.
Al frustrado timador, le salió cara la intentona, porque tuvo que pagar el wisky de ciento cuarenta años, etiqueta negra, veintidós mil pesetas que se trasegó Florentino el Pérez, durante las negociaciones.
Y pa remate fué en cana. No el Florentino, el Poyo.
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Martín Moralêjo
Circunflejo
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Un individuo con rasgos y acento sudamericanos,
pretendio esta madrugada, venderle el Estadio Centenario de Montevideo a Florentino el Pérez.
El hecho se produjo con nocturnidad y alevosía a la salida del Bernabeu tras la recepción a un jugador fichado por el Real Madrid, que se llama Caca.
El timador se presentó como enviado del Clús Atlético Peñarol, con una oferta, según el mismo vendedor, irrechazable. Una ganga. Dieciseis mil pesetas a pagar mitad ahora mismo y resto en la Primavera del 2025.
La operación no se llevó a cabo, porque al Florentino le pareció algo caro el precio, teniendo en cuenta que está muy a las afueras de Madrid y no hay linea de Metro.
Igualmente la operación... no se podría haber llevado a cabo, porque La Intendencia de Montevideo, propietaria de ese Estadio, lleno de glorias prehistóricas, no le había proporcionado al vendedor el salvaconducto pertinente.
Al frustrado timador, le salió cara la intentona, porque tuvo que pagar el wisky de ciento cuarenta años, etiqueta negra, veintidós mil pesetas que se trasegó Florentino el Pérez, durante las negociaciones.
Y pa remate fué en cana. No el Florentino, el Poyo.
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Martín Moralêjo
Circunflejo
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