martes, 21 de julio de 2009

Poesía...

¡
Qué linda es la dueña! ¡Qué hermoso gracejo!
¡Cómo se divierte, s
ola, ante el espejo!
La mosca que vuela, busca en el reflejo
del cristal, la mano puesta en circunflejo.

Atentos los verdes ojos de adivina,
suspensa en el aire la mano felina,
lo que atrás le queda, delante imagina.
Viéndola, se entiende mejor la doctrina

de Platón. La bella busca en las figuras
falsas de la luz, c
laridades puras.
Ciencia cabalística dicta sus posturas.

Quieta y sibilina, mirando al cristal,
la mano suspensa
para obrar el mal,
sobre la consola
invoca a Belial.


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