¡
Qué linda es la dueña! ¡Qué hermoso gracejo!
¡Cómo se divierte, sola, ante el espejo!
La mosca que vuela, busca en el reflejo
del cristal, la mano puesta en circunflejo.
Atentos los verdes ojos de adivina,
suspensa en el aire la mano felina,
lo que atrás le queda, delante imagina.
Viéndola, se entiende mejor la doctrina
de Platón. La bella busca en las figuras
falsas de la luz, claridades puras.
Ciencia cabalística dicta sus posturas.
Quieta y sibilina, mirando al cristal,
la mano suspensa para obrar el mal,
sobre la consola invoca a Belial.
.
Qué linda es la dueña! ¡Qué hermoso gracejo!
¡Cómo se divierte, sola, ante el espejo!
La mosca que vuela, busca en el reflejo
del cristal, la mano puesta en circunflejo.
Atentos los verdes ojos de adivina,
suspensa en el aire la mano felina,
lo que atrás le queda, delante imagina.
Viéndola, se entiende mejor la doctrina
de Platón. La bella busca en las figuras
falsas de la luz, claridades puras.
Ciencia cabalística dicta sus posturas.
Quieta y sibilina, mirando al cristal,
la mano suspensa para obrar el mal,
sobre la consola invoca a Belial.
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