Los chones.

Sabido es por el común de las gentes que los pollos pían, los gatos maúllan, los burros rebuznan, los perros ladran y los hombres, además de hablar, pían, maúllan, rebuznan y ladran con más convicción que los mismos perros.

Cada animal tiene su propia personalidad, como es natural y lo que es muy importante para él carece de entidad para los hombres. Y cuando digo hombres, incluyo mujeres, incluyo gitanos, payos y cualquier otro tipo de minoría étnica en vías de desarrollo, del mismo modo que cuando digo animales, incluyo a chones, chonas y toda esa pléyade de bichejos y alimañas sin cobertura social ni derechos humanos de ninguna naturaleza, ni muerta ni viva.

Ha sido un gran triunfo de las mujeres, hacer notar su presencia en el Mundo Macho. Los políticos abrieron los ojos y véanlos ahora, como en sus invocaciones, arengas y discursos, aprendieron a no olvidarse de ellas. Ya no se dice más desde las tribunas: "¡Ciudadanos…! Bla…bla, bka…" Se ha empezado a hilar más fino, lo que comporta que, al fin, la justicia sea distributiva y universal.

Ahora dice, por ejemplo: "Ciudadanas… ciudadanos, chones y chonas, gitanos y gitanas… hermanos… hermanas, vecinos de Fuencarral… de Fuencarrala, obreros y obreras, sombrereros y sombrereras… " Y cuando terminan ese exordio, ya de ritual, se acabó el tiempo… y entra la Publicidad…

Los animales no están para estos tiquismiquis… No les va a sus concentraciones sociales, tanto ceremonial.

Los chones y chonas, poseen una gran capacidad mimética, casi superior a su incapacidad de regular su temperatura corporal. Cuando se mimetizan en pollos pían correctamente, aletean, alborotan y putean en siríaco como Ciriaco Damasquino o como cualquier pollo de la mejor cuna o empolladura y se ha dado el caso de que alguno, como demostración irrefutable de sus fiebres aviculares, ha recurrido, con extensos mamotretos en cuneiforme, soporíferos en extremo, al Anfitrión, reclamando sus presuntos derechos choneros…

Los cerditos todos sabemos que gruñen, sobre todo cuando pierden la teta de la que están acostumbrados a mamar… a chupar del bote… diría Arsenio. Aquí, gozamos o sufrimos… está por dilucidar, la presencia de otro chon que actúa de manera insuperable en su papel de lechón. Ha sido capaz de hablar inglés gauchesco , sabe leer el diario y su mas grande obsesión es acopiar pedazos de hermano para trasegarlos en forma de butifarras y salames a la hora del té, las five de la tarde oclock. Es multiusuario de la letra "K", por la que siente piadosa devoción.

Otro espécimen chon, digno de mención es la sierpe primitiva. Se trata de un bífido repugnante, antisocial que bufa estruendosanente. De ahí se le dio en llamar el bicho bufarrón. Si sale de su escondrijo, es sólo para desparramar como áspid maligno toda su ponzoña contra cualquier otro bicho viviente que esté a su alcance. Envenena y luego… llora. Los perros culebreros lo persiguen y lo cierto es que solamente deja de bufar, cuando el adiestrador de serpientes Urrutia, lo complace y satisface sus vicios…

No vamos a olvidarnos de que tambien las chonas existen… y en diversas formas.
Unas veces aparecen como canguros australopitecus, otras como enfermeras empedernidas e incluso como profesoras de inglés docto y florido. Putean, a ser posible y hasta donde dan sus conocimientos en anglosajón “chespirito”. Las denuncia su halitosis y los pelos de la dehesa, que con los piojos, no se pueden sacar de encima.

Todos estos chones, proceden de la Tribu chona de Ulambator, en la Mongolia.
Son doblemente trashumantes, aplicando esa condición eficazmente, como garantía de supervivencia en estos pagos. Cuando se ven apretados, acosados por sus adversarios, largan una cortina de humo y se esconden tras ella. Trashuman y trashumean… podríamos decir…
Proseguiremos, en días sucesivos, dando más información, sobre que y como son los chones y chonas, estos entes a medio camino entre la ameba mutante y el homínido y que viven a base de choripanes y butifarras cerdeñas. Del Alghero.

(Apuntes para un Estudio sobre la Tribu Chona).

Xan.