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Me quedaría mirando
tu cara, una Eternidad...
Ese espejo que es tu cara
de angélica puridad...
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¡ Qué hermoso veo tu rostro...!
¡ Qué hermoso tu rostro es...!
Es de virgencita niña...
¡ Mírate al espejo...! ¿ Ves...?
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Tus dientecitos son perlas
de ostras niñas de Ceylán
y tus labios..., de angelito
de la guarda de San Juan.!
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Y tus ojos...! ¡ Mira... ven...!
Tus ojos son dos ascuitas
quemadas en el Edén,
que calentaron las manos
del Niño, en Jerusalén...
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¡ Qué hermosa eres, princesa !
¡ Cuánto amor, puso en tí Dios!
Te retrató como un ángel
y después te acarició...
Por eso tu piel es fina
como pétalo de flor,
y por eso, de ti emana
ese vaho...ensoñador.
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¡ Qué hermosa eres, princesa...!
¡ Cuánto Amor puso en tí. Dios !.
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Xan
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