jueves, 4 de junio de 2009

Mis dos puntitos...



Mis dos puntitos.

(Sun dixit)

Ya hace más de dos días que no sé nada del viejo Poyo Toribio, el del cuerno mellado, ni del voluminoso Desperdicio Travís Pasafronteras, ambos simpáticos muñequitos de este Boj.

En la vida real, son dos funestos personajes... ¿funestos, dije?...No. Dos honestos personajes, traídos por las mareas

atlánticas a nuestras playas, donde, repuestos de hambres acumuladas y miserias suburbanas, hallaron su modus vivendi, uno en Galicia y otrro en el Andaluz de Ben Omeya y Chiquito de la Calzada.

Los extraño porque alegraban mi sedentaria vida de pueta loricopetudo.

Lástima que el Pollo Toribio, a consecuencia de los últimos descalabros sufridos en su hacienda y en su honrilla, ha envejecido más de los setenta años que iba llevando con cierto decoro. El pobre, que llegó a tener querida, esposa, secretaria y enfermera, en una sola persona, La Sarete... se quedo sin nada de la noche a la mañana, por las malas artes y buenas aptitudes del grandullón Orozco... de los Orozco de Fuenterrabía, ande tienen un caserío a orillas del Bidasoa y de los Coucelos Magariños de Melide, por parte materna.

Al mejor estilo bucanero, dejó al Pollo Toribio en plena calle del Príncipe, en calzoncillos y sin querita, sin esposa, secretaria y enfermera...... ¡En Bueu... se hacen cruces...!

Desperdicio Traviz, manyabutifa, es mucho más agradable en el trato que su socio y compinche.

Es más irracional pero menos engreído... Se nota que trae en sus genes la v iveza criolla, heredada de su abuela Guyunusa, la india que supo ser esposa de Tacuabé, que era de Tacuarembó y del Betis, como su nombre indica.

Consiguió una canonjía en la Catedral de la Malagueta.... y de ser canónigo y monago, vive el chon, a parte de chuparle el vino de Misa al Cura Aurelio, su valedor y salvavidas.

Hoy, con ciento cuarenta kilos repartidos perversamente por su informe cuerpo, no se puede decir que pasa hambre... ni que el trabajo lo mate.

El Pollo Toribio... la cagó... Se jué pa Vijo... y la cagó... En el pueblo, quieras que no, siempre había un alma caritativa que le salvaba la cena... Bastaba bajar al puerto y cualquier pescador le arrimaba media ducia de sardinas que llevarse a la boca.... En Vijo... hijo, otras son las dornas y unas las tornas. Ahí, por no dar, no te dan ni los buenos días, ni anque rampe el sol por Rande.

El Desperdicio... é distinto Le gusta el tinto y las gordas. Me refiero a las butifas. Cuanto más gordas, más saborosas las encuentra. Me refiero a las obesas..

El caso es... que extraño a mis dos puntitos. Echo de menos esa fijación que sienten por idear ingeniosos insultos, dulces imprecaciones, puteadas que sólo se pueden aprender en burdeles portorriqueños, provistos con chicas de las Pedanías fronterizas de Aceguá, Bagé y Pelotas... pa bajo.

Es todo un problema. No tienen donde publicar sus risueñas prosas. En ningún otro lado, saben valorar en su justo precio,

sus primorosas crónicas periodísticas.

Si le digo la verdá, tengo ciertos temores, que ante tanta adversidad, los dos opten, en cualquier momento por autodefuncionarse.

¡Sería una ppérdida irreparable!

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O Xan.

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