miércoles, 3 de junio de 2009

Moderator...


Somnios e insomnios

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A Don Velas I, Rey del Éxodo Oriental, lo despertó, a altas horas de la madrugada, el “cacareo” de un Pollo, acompañado a la guitarra por

Travito Pasafronteras.

Se irguió, se desperezó, levantó su brazo peludo, estilo Octavio César Augusto Imperator

y gritó con voz de trueno:


¡¡ Basta ¡!


¡Ya estoy hasta mi monárquica coronilla de tanta insidia, desidia,

tanta garrulería y tanta inconmensurable desmesura...!

Como Rey que soy, por la gracia de Dió, de este Reino exodado, voy a moderar a los desmoderados!

Voy a decretar que en todo el territorio que abarca mi Reino, no suene nunca más, una palabra más alta que otra.

Los chones serán extraditados a sus países de origen.


Los burdeles serán cerrados a cal y canto.


Las prostitutas más prostituidas, serán sustituidas, por prostitas menos destruidas... y se dedicarán a hilvanar chalecos de fuerza.


La fabricación y venta de butifarras, quedará prohibida.


Se propulsará la investigación de la vacuna antichónica...

para curar a los decimonónicos chones, que escriban con faltas de Ortografía.


Merecerán nuestros plácemes, en bien de la Cultura de este Reino.


Y mañana, a más tardar, abriré nuevamernte las puertas de la Ciudadela, para que entren los visitantes extranjeros y den fe de la bondad de mi sistema democrático.


Cursaré órdenes a todos mis colaboradores, de que vigilen atentamente, conversaciones, comentarios o murmuraciones, contrarias a nuestro impecable modo de pensar.

Ganaremos así, el Jubileo y publicaremos todas las felicitaciones

recibidas, del Opus Dei, Los Soldados de Cristo y los Sobrinos de María Magdalena...


¡Reviviremos las almas muertas!

¡Aniquilaremos las almas vivas, inquietas y revoltosas!


Y con la Paz y ejemplar conducta de mis siervos y súbditos agradecidos, lograremos, que ningún maníaco virtual, perturbe el sueño de un acrisolado Monarca, como es Don Velas I, Rey del Éxodo Oriental!


¡Que si hay Pelouros y Sandes

más grandes los hay en Flandes...


¡Y servidumbre lacaya,

se topa... ande se calla!

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Yo: El Rey.

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