¡Infimidades...!

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La Luna que está muy alta,
a veces, baja y me besa...
Con destemplada torpeza,
la someto a mi capricho
y hago mío aquel dicho:
"Nada acaba, como empieza".

Y me como la cereza
y me trrago hasta el carozo...
Sin sudor, no hay alborozo
y el vago sólo hace estragos,
perdiémdose en amagos,
de adolescente curioso...

"!Mejor un abrazo de oso
que beso vil, de un monago...!"
dijo Luna, y yo con gozo
!me consideré un Rey Mago...!

Xan

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