DIÁLOGOS ESCANDINAVOS
-Esto, me aburre… señora.
-Pos mire, que yo me esmero...
- ¿Y si hablamos, señora,
-Pos mire, que yo me esmero...
- ¿Y si hablamos, señora,
de personajes foreros?
- ¡ Bueno! Quizá eso… nos entretenga…
-¿Sabe usté quién es la Renga?
-¡Ni me pasa pol balero…!
-La Renga, señora mia,
- ¡ Bueno! Quizá eso… nos entretenga…
-¿Sabe usté quién es la Renga?
-¡Ni me pasa pol balero…!
-La Renga, señora mia,
es una oportunista.
Se viste como una artista
y muchos dicen que es hombre…
-¿Me puede decir su nombre...?
- Disculpe que me resista…
¡No quiero que usté se asombre!
- Caballero, usted me deja,
ahora inquieta y perpleja…
No quiero morir de vieja
con esta duda angustiosa…
Dígame usté…¿ Es muy fogosa?
¿Fue usted, de ella, pareja?
Acláreme, por favor,
si la Renga es coso o cosa.
Mi estimada, Magdala
de Altamira y Anglada…
pídame el oro y el moro
y la luna perfumada…
pero le ruego... le imploro
que tenga alguna paciencia
no es propio, en su presencia,
desvelar ciertos desdoros.
-Admiro, Don Xan da Ponte…
admiro su gallardía…
Le aseguro que si un día,
viene a cuento…
y es propicia la ocasión,
lo propongo pal Toisón
o pal Consejo de Ciento…
!Mire usted… mi estimación!
-Señora ¿ qué le parece,
iniciar las abluciones
pa mitigar emociones
que invaden mi cuerpo rancio,
mientras un gran vino escancio,
un vino con ambiciones
de la más vieja cosecha,
y linajudos blasones,
de mi Bodega “La Endecha”,
con bouquet a pimentones?
-¡Impecable!, señor Xan.
Hagamos como usted dice.
¡Jamás mujer le desdice,
a cumplido caballero!
Desvístase usted primero,
teniendo siempre presente,
que tiene una dama enfrente…
púdica y de cuerpo entero…
Yo me sacaré mi chal
y calentaré el ambiente,
que el batir diente con diente
en estos fríos inviernos,
hace que no sean tiernos,
los coitos de mucha gente…
Nota bene:
Proseguirá este relato, por entregas,
Se viste como una artista
y muchos dicen que es hombre…
-¿Me puede decir su nombre...?
- Disculpe que me resista…
¡No quiero que usté se asombre!
- Caballero, usted me deja,
ahora inquieta y perpleja…
No quiero morir de vieja
con esta duda angustiosa…
Dígame usté…¿ Es muy fogosa?
¿Fue usted, de ella, pareja?
Acláreme, por favor,
si la Renga es coso o cosa.
Mi estimada, Magdala
de Altamira y Anglada…
pídame el oro y el moro
y la luna perfumada…
pero le ruego... le imploro
que tenga alguna paciencia
no es propio, en su presencia,
desvelar ciertos desdoros.
-Admiro, Don Xan da Ponte…
admiro su gallardía…
Le aseguro que si un día,
viene a cuento…
y es propicia la ocasión,
lo propongo pal Toisón
o pal Consejo de Ciento…
!Mire usted… mi estimación!
-Señora ¿ qué le parece,
iniciar las abluciones
pa mitigar emociones
que invaden mi cuerpo rancio,
mientras un gran vino escancio,
un vino con ambiciones
de la más vieja cosecha,
y linajudos blasones,
de mi Bodega “La Endecha”,
con bouquet a pimentones?
-¡Impecable!, señor Xan.
Hagamos como usted dice.
¡Jamás mujer le desdice,
a cumplido caballero!
Desvístase usted primero,
teniendo siempre presente,
que tiene una dama enfrente…
púdica y de cuerpo entero…
Yo me sacaré mi chal
y calentaré el ambiente,
que el batir diente con diente
en estos fríos inviernos,
hace que no sean tiernos,
los coitos de mucha gente…
Nota bene:
Proseguirá este relato, por entregas,
cuando vuelva de Las Vegas,
en la próxima semana,
si no me llevan en cana,
los gringos de la Aduana…
¿ Por qué no iré pa la Habana...?
Ahí estáaaa… ¡Para que veas!
Xan
Xan
(Boceto: Xan)
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