lunes, 10 de diciembre de 2007

La Reina y sus dos lacayos...


La Reina de Saba estaba
sentada con Salomón,
y vino Mendicatón
un poligrillo ambulante
que con su verba pedante
a la Reina fascinó.

El Trono abandonó,
siguiendo a su Mesías,
más llorón que Jeremías,
cuya mayor ambición,
era ser… el Rey Melón
y gobernar dos Sandías.

Un martes a mediodía
que ella pelaba castañas
y él contaba sus hazañas
de niño de nueve años,
llegó allí con sus apaños,
Don Corino Malasaña.

Magnate de la Cizaña,
Gobernador del Mor Azo,
indigesto y pelmazo,
Don Corino Porretón,
tontarras, tontín, tontón…
a la Reina dio un porrazo.

Sin casi, venir al caso
la llamó: ¡Histericona…!
Ella, como una leona,
se abalanzó sobre él,
dejando impreso en su piel
un profundo hematoma
como marcado a cincel.
Acudieron en tropel,
guardias de corps africanos.
Sus aceros toledanos,
perforaron al Corino,
que abotargado pol vino,
pidió perdones en vano,
y espichó como un gorrino..

Entre tanto el Churumbel,
de apodo ‘el Mendicatón,
sentado en su sillón,
se fumaba un Coronado
que Xan le había enviado,
dende O Porto do Son.


Estaba sombrío y tristón:
¡Era difícil ser Rey
pa uno nacido pa güey
y no tener puta idea,
de gobernar una aldea
ni rimar según la Ley.

En ribas del Arapey
tá escondiendo sus vergüenzas…
Pa tirarle de las trenzas
a la Reina, no le dieron
las gónadas que lo hicieron
ser manso como güen güey.

Se acaba este repley,
ande una Reina irritada
ve cuanto de equivocada
ha resultau su conducta,
soportando a un Rey que eructa
y a un Pollo, dando estocadas.

Pollo, Planchón y el Pelao.
En tres PES, queda el plantel…
Los tres juntos, güen papel,
desempeñan en Redota:
Un flete, un Gran Pelota,
con su Rey: ¡Cabo furriel!

Xan.


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