PESIMISMO.
Admiro todas las Artes,
cuido la Naturaleza,
me extasío en la belleza
de un bucólico paisaje,
me asombro ante el andamiaje
de una “sutil sutileza…”
Me encandila la presteza
con que una mente avezada,
pueda sacar de la nada,
pájaros de su galera
y encontrar la manera
de impactar a la grada.
Y extendiendo la mirada,
desde la cumbre del monte,
podrá ver a Xan da Ponte,
procurando divisar,
donde termina la mar
y empieza otro horizonte…
A lomos del mastodonte
que es la arisca Maladeta
o en la misma Peña Prieta,
asigún venga la mano…
Xan… reza como un cristiano,
y quisiera ser poeta…
Xan no presume de esteta,
ni nació para maestro,
acaso es, un poco diestro,
influído por los años,
en saber que a un desengaño,
lo vence un “Padre nuestro”…
No voy a ser su mentor,
tampoco su consejero,
con franqueza, considero,
que pa ser un güen baquiano,
a nadie sirve la mano
que le tienda un agorero.
A un niño recién nacido,
nadie enseñó a abrir los ojos,
y pa matar los piojos,
se usaron los pulgares
y siempre en las yugulares
sació el matón, sus enojos…
Al final… todo despojos...
cuido la Naturaleza,
me extasío en la belleza
de un bucólico paisaje,
me asombro ante el andamiaje
de una “sutil sutileza…”
Me encandila la presteza
con que una mente avezada,
pueda sacar de la nada,
pájaros de su galera
y encontrar la manera
de impactar a la grada.
Y extendiendo la mirada,
desde la cumbre del monte,
podrá ver a Xan da Ponte,
procurando divisar,
donde termina la mar
y empieza otro horizonte…
A lomos del mastodonte
que es la arisca Maladeta
o en la misma Peña Prieta,
asigún venga la mano…
Xan… reza como un cristiano,
y quisiera ser poeta…
Xan no presume de esteta,
ni nació para maestro,
acaso es, un poco diestro,
influído por los años,
en saber que a un desengaño,
lo vence un “Padre nuestro”…
No voy a ser su mentor,
tampoco su consejero,
con franqueza, considero,
que pa ser un güen baquiano,
a nadie sirve la mano
que le tienda un agorero.
A un niño recién nacido,
nadie enseñó a abrir los ojos,
y pa matar los piojos,
se usaron los pulgares
y siempre en las yugulares
sació el matón, sus enojos…
Al final… todo despojos...
Xan.
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