jueves, 13 de diciembre de 2007





UN CANTO.



Quisiera un canto
que hiciera estallar en cien palabras ciegas,
la palabra: Intocable.

Un canto
que extirpara el vocablo: Deleznable,
pronunciado por dioses que alimentan
ideas rebozadas en mil llantos.

La explosión del silencio ominoso,
con rugidos de partos seminales,
de los Santos, humildes y callados.

Un canto intenso, mío, de mi prójimo,
por el impúber que clama desde el hambre,
por la mirada tierna de una madre.

Por la mujer cuyo deseo sube
a sonrojar su pálida mejilla
y es profanada, golpeada y mal herida.

Esa mujer infamada, que no ignora
que una sola palabra es suficiente
para arrasar este mundo, que estremece.

Que morirán las palabras y los cantos
si el odio alimenta a sus hijos…
y los mundos quedarán … yertos y fríos.

Quisiera un canto:
Universal, potente… fiero,
con todas las voces manadas del silencio,
para extinguir las llamas de este fuego.

Quisiera un canto
límpido…
Auténtico...

Xan

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